Los ajuares
Principal Arriba

Punta de Flecha

Cuchillo de Silex

Azuela

Cincel

Hacha doble

Maza

 

    Están constituidos por el conjunto de objetos y alimentos que, a modo de ofrenda, se depositaban junto al cadáver en los enterramientos de época megalítica. El tipo de objetos encontrados fue haciéndose más complejo a medida que el fenómeno megalítico alcanzaba un mayor desarrollo. En un primer momento, en el que los dólmenes son simples cámaras poligonales, se colocaban diversos útiles de piedra tallada, como puntas de flecha, láminas de sílex (empleadas como cuchillos) y microlitos, pequeños útiles de piedra, puntiagudos, que se insertarían en hachas o arpones. Es llamativa la presencia de puntas de flecha, en un período en el que la economía basada en la caza, ha sido sustituida por otra en la que la domesticación del ganado y el cultivo de la tierra son preferentes. Por tanto, su colocación en los ajuares funerarios  es, probablemente, simbólica, como dando a entender que el hombre aún se siente cazador. Aparecen también diversos útiles de piedra pulimentada, como hachas o azuelas, pequeñas cuentas de color verde, de variscita, empleadas para la confección de collares y otros objetos de adorno, y algunos restos de cerámica lisa, sin decorar.

    En los dólmenes de corredor, más complejos, aparece una industria lítica más elaborada, con nuevas herramientas como cinceles o mazas y útiles de doble corte (bipennes), como las hachas dobles. Las formas más simples perviven también durante casi toda la época megalítica.

    La cerámica empieza a ser decorada, sobre todo, siguiendo dos motivos, el primero de ellos practicando pequeñas incisiones en la superficie, como era el caso del vaso tetralobulado aparecido en el túmulo nº 5 de la necrópolis de O Buriz (Lugo), ejemplar de gran originalidad, vergonzosamente perdido, que parece representar a la diosa madre neolítica (aunque no menos triste ha sido el destino de la cámara megalítica que lo cobijaba, y de otra cuyos ortostatos fueron robados en el año 1994, siendo como era una de las de mayor espectacularidad de Galicia); y el segundo conocido como cerámica campaniforme por la adopción de la forma de una campana invertida decorada a base de bandas transversales y simétricas como los conocidos vasos encontrados en el túmulo 242 de Veiga de Vilavella, en el municipio de As Pontes, hoy en día en la Facultad de Historia de la Universidad de Santiago de Compostela.

    Son escasos, sin embargo, los restos metálicos por razones cronólogicas que resultan evidentes. Cuando aparecen, hay que pensar en reutilizaciones de los dólmenes en épocas muy posteriores a su construcción, como el caso de los vasos y puntas de bronce aparecidos en las excavaciones de la Mina da Parxubeira y de la Necrópolis de Marco de Camballón.

    Para una mayor información nada mejor que acudir a los trabajos de los especialistas que los hay excelentes en Galicia, como el profesor Ramón Fábregas, autor de exhaustivos estudios sobre los útiles de piedra aparecidos en los megalitos gallegos.

Cerámica lisa

 

 

Cerámica campaniforme

 

O Buriz (Vista posterior)

 

 

O Buriz (Vista lateral)

arriba