Basada en un hecho histórico pervive en la tradición
oral britoniense el milagro del Obispo Gonzalo, que liberó a Galicia
del peligro de otra cruenta invasión vikinga
En
la época de las últimas
invasiones vikingas al Reino de Galicia, una gran flota normanda intentó
penetrar en las tierras bretoñesas allí por el s.XI, apenas
un siglo después de haber los vikingos destruído la capital
del Obispado de Britonia. Trasladada
por el Rey Afonso III la nueva capital desde la arrasada Bretoña
hasta Mondoñedo, era en este tiempo
Obispo de Britonia el anciano Gonzalo, hombre respetado, querido y con
fama de Santo.
La alerta del avistamiento de la flota normanda llegó pronto a Mondoñedo,
donde, ante el peligro inminente y dada la carencia de defensas
necesarias para repeler tal ataque masivo, el Obispo Gonzalo decidió
evacuar la ciudad y refugiarse en las montañas en la espera
de refuerzos.
Así, el Obispo Gonzalo desalojó la ciudad e inició
la marcha hacia el interior, juntándose al numeroso grupo los habitantes
de poblaciones vecinas que también optaron por refugiarse de un
futuro incierto en manos de los vikingos.
Ascendiendo el Alto da Grela, los refugiados empezaron a ver en el Cantábrico
la inmensa flota normanda que se acercaba rápidamente a las costas
de Britonia. En un piadoso momento, Gonzalo se paró para rezar por
las almas de los suyos, siendo imitado por sus feligreses.
Al empezar el Obispo Santo sus oraciones, el cielo empezó a nublarse,
soplando el viento y levantándose una tempestad en el mar. El buen
Gonzalo se mantenía rezando mientras los asombrados feligreses veían
como el temporal aumentaba de tal modo que la flota vikinga empezaba a
demostrar dificultades para entrar en la ría.
Las violentas olas y el viento empezaron a hundir naves vikingas, que
no podían llegar a tierra ni escaparse mar adentro. Y el Obispo
Gonzalo seguía orando mientras rayos y gigantescas olas hacían
naufragar a toda la flota, barco tras barco, hasta que nada quedó
sobre el mar...
El Obispo Santo entonces abrió los ojos y, ante sus atónitos
feligreses exclamó:
- "Pidámosle a Dios que nos permita ser siempre libres y podamos
llevar por toda la tierra de la Galicia esta dichosa nueva!".
Desde
aquel día, se celebra en la capilla del Obispo Santo del Alto da
Grela una muy popular romería, recuerdo del milagro de Gonzalo.
En el Museo de la Catedral de Mondoñedo de Foz se exhiben el sepulcro,
báculo y anillo del Obispo bretoñés, y en la próxima
Fuente de A Zapata la tradición le atribuye otro milagro a San Gonzalo. |